Cuando se sufre una negligencia médica, las consecuencias no son solo físicas. A menudo, el daño psicológico o moral puede ser tan devastador como las lesiones corporales, manifestándose en cuadros de ansiedad, depresión, estrés postraumático e incluso fobias.
En ARC Abogados & Asesores, bufete especializado en negligencias médicas en Vigo, comprendemos la complejidad de estas situaciones y la importancia de obtener una indemnización justa que cubra todos los aspectos del perjuicio sufrido. Pero, ¿cómo se cuantifica este tipo de daño, que a priori parece intangible? ¡Te lo contamos!
Factores determinantes en la valoración del daño psicológico
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Informe pericial psicológico/psiquiátrico. Es fundamental contar con un informe elaborado por un especialista que evalúe el estado mental de la víctima antes y después de la negligencia, diagnosticando cualquier trastorno psicológico (depresión, ansiedad, estrés postraumático, fobias, etc.) y su relación causal con el acto médico negligente. Este informe detallará la gravedad de la afectación, su duración (temporal o permanente) y el impacto en la vida diaria del paciente.
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Gravedad y duración del daño. Se valora la intensidad del sufrimiento psicológico y cómo este afecta a la autonomía personal, las relaciones sociales, la capacidad laboral y la calidad de vida en general. Se distingue entre:
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Perjuicio personal básico. El sufrimiento inherente a las lesiones y el proceso de curación.
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Perjuicio particular. Aquellas afectaciones específicas que impiden o limitan el desarrollo personal, como la imposibilidad de realizar actividades recreativas o laborales que antes se disfrutaban.
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Pérdida de calidad de vida. Si el daño psicológico deriva en una discapacidad permanente o una limitación significativa de las actividades esenciales de la vida.
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Edad de la víctima. La edad influye en el cálculo, ya que las secuelas permanentes pueden tener un impacto más prolongado en personas jóvenes.
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Necesidad de tratamiento y apoyo. Se consideran los costes de la terapia psicológica o psiquiátrica necesaria, medicación, rehabilitación y cualquier otro tipo de soporte que la víctima requiera a consecuencia del daño psicológico.
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Perjuicio patrimonial. Aunque se centra en el daño psicológico, también se tienen en cuenta las pérdidas económicas derivadas, como el lucro cesante (pérdida de ingresos presentes o futuros debido a la incapacidad para trabajar) y el daño emergente (gastos médicos, adaptaciones en el hogar, etc.).
El juez, basándose en los informes periciales, la jurisprudencia y las circunstancias específicas del caso, determinará la cuantía final de la indemnización, que siempre buscará una reparación integral del daño sufrido por la víctima.
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Si has sufrido daño psicológico como consecuencia de una negligencia médica, es imprescindible que cuentes con asesoramiento legal. En ARC Abogados & Asesores ponemos a tu disposición nuestra amplia experiencia y conocimiento en este tipo de reclamaciones para asegurar que recibas la indemnización justa que te corresponde.
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